Las empresas industriales tienen operaciones que dependen significativamente de equipos técnicos y maquinaria. El correcto y óptimo funcionamiento de los mismos es esencial para la productividad de la empresa y para la seguridad de todo su personal y el medio ambiente. El mantenimiento industrial ayuda a garantizar la disponibilidad, productividad y seguridad de estos activos clave, normalmente mediante el uso de estrategias basadas en actividades programadas en intervalos regulares o tareas reactivas disparadas por fallas o paradas súbitas.
El problema que presentan estas estrategias de mantenimiento es que, por un lado, las tareas de mantenimiento programadas derivan en costos y tiempos de inactividad que pueden ser innecesarios y, por otro lado, el mantenimiento reactivo muchas veces significa reparaciones más costosas de lo estimado. Esto representa una oportunidad de mejora que puede ser atacada con el uso de automatización enfocando los esfuerzos en la implementación de mantenimiento predictivo y mantenimiento prescriptivo.
En el mantenimiento predictivo se recopilan y analizan datos provenientes de sensores, usualmente desplegados utilizando tecnologías IoT. Los datos se analizan utilizando modelos predictivos que intentan estimar en qué momento en el futuro se producirá una falla. Esto deriva en la generación automática de la recomendación de una actividad de mantenimiento que puede ser planificada y ejecutada dentro de las actividades de mantenimiento preventivo, optimizándolo y evitando una posible falla inesperada.
Asimismo, en el mantenimiento prescriptivo, si bien se utiliza como base los resultados que se obtienen del mantenimiento predictivo, va más allá ofreciendo recomendaciones de tareas específicas de mantenimiento y modificaciones en la operatividad de los activos. Esto se logra mediante el uso de tecnologías de aprendizaje automático (ML) e inteligencia artificial (IA) que analizan y descubren patrones en grandes cantidades de datos.
La automatización en el mantenimiento se perfila como la piedra angular de la gestión de activos en el futuro. Su capacidad para optimizar procesos, reducir costos y aumentar la eficiencia la convierte en una herramienta indispensable para las empresas que buscan impulsar su competitividad en un mercado cada vez más exigente.
